E.T.A. ha ido creando a su alrededor una serie de movimientos sociales, culturales, sindicales y mediáticos con los que ha conseguido atemorizar a la sociedad vasca. Es lo que se ha denominado el entorno etarra. Profesores, policías, estudiantes, concejales, curas, comerciantes, ertzainas... Cualquiera puede convertirse en objetivo de los terroristas. Hay quienes no han soportado la presión y han abandonado el País Vasco. Otros, no tienen más remedio que vivir con la sombra de sus escoltas.
El 7 de mayo del 2000 José Luis López de Lacalle, columnista de El Mundo del País Vasco fué asesinado por ETA en la puerta de su casa. Los periodistas se convierten en blanco de las balas terroristas. Falta de libertad de expresión, amenazas, y guardaespaldas son palabras comunes en el relato de aquellos que viven aterrorizados por decir lo que piensan. En este capítulo intervienen Carlos Herrera, Luis del Olmo, Gorka Landáburu y Luis María Anson pero además se produce un encuentro inédito: Pedro J. Ramírez se encuentra cara a cara con el etarra que intentó asesinarle 20 años atrás, Juan Manuel Soares Gamboa.
El 12 de julio de 1997, Miguel Ángel Blanco, concejal del PP en Ermua, moría en un bosque de Lasarte. Habían pasado 48 horas desde que que ETA planteara el chantaje más cruel a las instituciones. La muerte del joven concejal desencadenó la reacción popular contra la banda terrorista más multitudinaria de la historia.
El 22 de marzo de 2006 E.T.A. declara un alto el fuego permanente. Las esperanzas de muchos españoles se centran en el deseo de que E.T.A. desaparezca para siempre. Otros ven en este proceso de paz una traición al sufrimiento causado por los 47 años de muerte y dolor que ha sembrado la banda terrorista a lo largo de su historia, en la que también hubo otras treguas. Siempre rotas con una víctima más.