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lunes, 18 de marzo de 2019

El secuestro de Javier Rupérez


El Hoyo de Pinares-Fondo Documental: El secuestro de Javier Rupérez: Septiembre de 1979: dos terroristas de ETA, Aulestia Urrutia y Françoise Marhuenda, se reúnen en Francia. Él le suministra a ella los datos…

Un mes en manos de la banda



En el otoño de 1979, el actual embajador de España en Estados Unidos estrenaba el primer curso político de la recién estrenada democracia española como diputado por Cuenca en los bancos de UCD. El 11 de noviembre, cuando se dirigía desde su domicilio a un hotel de Madrid, sede de la cumbre que los partidos centristas iberoamericanos celebraban en la capital de España, fue secuestrado por ETA p.m. 

Su liberación se produjo 31 días después, en el kilómetro 233 de la carretera Madrid-Irún. En 1981 fueron condenados por dicho crimen los etarras Francoise Marhuenda y Begoña Aurtenetxe. Años después, en enero de 1989, se reabrió el caso y un nuevo juicio sentó en el banquillo a Luis María Alcorta y al hoy portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi. Ambos fueron finalmente absueltos. El tribunal no encontró pruebas suficientes. Un mes después Otegi fue condenado a seis años por el rapto del empresario Luis de Abaitúa. – Fuente:

ETA libera en Burgos a Javier Rupérez

Rodrigo Pérez Barredo – jueves, 8 de diciembre de 2011
                     
1979. Sus raptores le dejaron de madrugada junto a la gasolinera del kilómetro 233 de la Nacional-I. El diputado de UCD llevaba treinta días secuestrado por la banda.


No había amanecido cuando el empleado de la gasolinera vio que se le acercaba lentamente un hombre con aspecto de aterido y envuelto en una manta. No era ni un vagabundo ni una aparición fantasmal: se trataba de Javier Rupérez, diputado de la UCD que había sido secuestrado por ETA un mes antes. Sus raptores decidieron liberarlo en la gasolinera del kilómetro 233 de la N-1 (La Varga), la más cercana a Burgos, ciudad que siempre ha mantenido, a su pesar, una estrecha relación con la sanguinaria banda de pistoleros. El trabajador del surtidor, una vez se identificó Rupérez, avisó a la Guardia Civil. Dos agentes le trasladaron a la sede de la Comandancia de la Benemérita. Pocas horas después, tras confirmar que se hallaba en buen estado de salud, fue trasladado a Madrid, siendo recibido por el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, con quien estuvo reunido durante dos horas.

Rupérez, que fue secuestrado junto a la Casa de Campo de Madrid, no fue torturado durante su cautiverio. Aunque en un principio la investigación apuntó al País Vasco como el posible lugar en el que había permanecido oculto, años después, tras identificar al comando que lo secuestró, se supo que había estado escondido en un chalé de Hoyo de Pinares, en la provincia de Ávila. El juicio contra sus presuntos secuestradores se celebró en el año 1989. 
Uno de los acusados era Arnaldo Otegi, para el que el fiscal solicitaba 29 de prisión. Pero la inexistencia de pruebas materiales que demostraran su vinculación con aquella operación permitió que saliera absuelto. Sí pudo probarse que fue el ‘Comando Kalimotxo’ el que ejecutó el secuestro de Rupérez, por el que fueron condenadas dos mujeres: Françoise Marhuenda y Begoña Aurteneche.

Todavía hoy sobrevuela la sombra del pago gubernamental por la liberación de Rupérez. Sin embargo, desde el principio se negó tal punto. El presidente, Adolfo Suárez, reiteró en numerosas ocasiones que no se produjo desembolso alguno por el rescate del diputado de UCD. El pulso que ETA político-militar le estaba echando en ese momento al gobierno centrista buscaba la excarcelación de presos de la banda. Casualidad o no, el 22 de ese mismo mes de diciembre salieron en libertad catorce presos de ETA. Javier Rupérez no dejó la política. Tras la desaparición de UCD pasó a formar parte de Alianza Popular y más PP, partido por el que fue embajador y ha ostentado numerosos cargos en la UE.

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