Atentado en el puerto de Barcelona. El 27 marzo 1987

Una furgoneta bomba cargada con 45 kilogramos de amonal y 150 de tornillería fue detonada con un telemando a las 13.20 horas en el puerto de Barcelona. El objetivo etarra era una caseta del servicio de vigilancia de la Guardia Civil situada en la entrada de uno de los muelles del puerto. La terrorista Josefa Mercedes Ernaga se había encargado de estacionar el vehículo en ese lugar un día antes del atentado. La garita quedó totalmente destruida y los cinco miembros de la Guardia Civil que se encontraban dentro fueron alcanzados por el estallido. La explosión le costó la vida al agente Antonio González Herrera e hirió a otras quince personas, entre ellas un niño. González Herrera falleció en el Hospital del Mar, tras ser operado de traumatismo craneal con fractura de occipital y salida de masa encefálica. El resultado de la acción terrorista podría haber sido incluso peor si un camión no se hubiera cruzado por delante de la furgoneta-bomba en el momento en que los terroristas activaron el explosivo. Esta circunstancia permitió que el efecto de la onda expansiva se viera amortiguado, impidiendo que la metralla tuviera más recorrido. Antonio González había ingresado en el Instituto Armado en 1981, siguiendo los pasos de su padre, también agente de la Benemérita. Antes de ser destinado a Barcelona en agosto de 1986, sirvió cinco años en los Grupos Antiterroristas Rurales (GAR) en el País Vasco y en Logroño.