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miércoles, 6 de julio de 2022

Secuestro de José Antonio Ortega Lara

José Antonio Ortega Lara (Montuenga, pedanía de Madrigalejo del MonteBurgos1958) es un funcionario de prisiones español retirado que permaneció secuestrado por la organización terrorista ETA entre 1996 y 1997. Es maestro y licenciado en Derecho. Fue militante del Partido Popular entre 1987 y 2008. Actualmente vive en Burgos.

Secuestro

El 17 de enero de 1996 José Antonio Ortega Lara fue secuestrado en el garaje de su casa en Burgos cuando volvía de su trabajo en el Centro Penitenciario de Logroño. Días más tarde, ETA se hizo responsable del secuestro, el segundo que mantenía en esos momentos (José María Aldaya estaba secuestrado desde el 8 de mayo de 1995),​ y exigió para su liberación el traslado de los presos de la organización a cárceles vascas. 

Cuando Ortega Lara le pregunto a sus secuestradores por qué lo secuestraron, ellos le dijeron: «Estás arrestado por ser un miembro del aparato represor».​ 

El 1 de julio de 1997 la Guardia Civil lo localizó en un zulo de Mondragón después de pasar 532 días encerrado en él. En la misma operación policial, en la que intervinieron más de 60 agentes, fueron detenidos sus cuatro secuestradores. 

La operación fue compleja, pues tras horas de registro en la nave industrial donde se encontraba retenido, los agentes no consiguieron dar con el escondite, y cuando el juez Baltasar Garzón estaba a punto de cancelar la operación, la insistencia del capitán Manuel Sánchez Corbí, jefe del operativo, en que el funcionario tenía que estar allí, dio como resultado el hallazgo de un mecanismo que desplazaba una máquina que se encontraba tapando la entrada al zulo.

Panel dedicado a José Antonio Ortega Lara en el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo (Vitoria)

Las condiciones de su secuestro fueron penosas: el zulo en el que se hallaba, muy húmedo (pues se encontraba a pocos metros del río Deva), sin ventanas y situado bajo el suelo de una nave industrial, tenía unas dimensiones de 3 metros de largo por 2,5 de ancho y 1,8 m de altura interior. Ortega Lara sólo podía dar tres pasos en él. 

Disponía de la luz de una pequeña bombilla y, como no podía salir del habitáculo, recibía dos marmitas; una para hacer sus necesidades y otra para asearse. Los secuestradores le entregaban una bandeja con un vaso de agua y un plato con frutas y vegetales tres veces al día. Recibía el periódico a diario y medicinas cuando las requería, también poseía un walkman y libros. 


Fotografía de Ortega Lara enviada por ETA
para demostrar que su víctima aún estaba viva.

Entrada al agujero donde Ortega Lara sufrió su tortura.

A la izquierda de la foto se observa la entrada al zulo
donde encerraron a Ortega Lara durante un año y medio.

Únicas puertas que le abrieron a Ortega Lara durante su tortura: Un ventanuco con un ventilador que nunca funcionaba y otro ventanuco para echarle la comida a través de él.


Según el propio Ortega Lara, la relación con sus secuestradores fue variando, de compartir conversaciones políticas cordiales a carecer de trato.

En el momento de su rescate, Ortega Lara había perdido 23 kilos, masa muscular y densidad ósea. Sufría de trastornos del sueño, estrés postraumático, ansiedad y depresión.

​La reacción de la banda terrorista una semana más tarde, el 10 de julio, fue el secuestro y asesinato del concejal de Ermua (VizcayaMiguel Ángel Blanco.

El 10 de junio de 2005 comenzó el juicio a los dirigentes etarras Julián Achurra Egurola (Pototo) y José Luis Aguirre Lete (Isuntza) por ser los organizadores del secuestro. Según la sentencia, "Pototo" ordenó a los ya condenados José Luis ErosteguiJavier UgarteJosu Uribetxeberria Bolinaga y José Miguel Gaztelu Ochandorena que seleccionaran y recabaran información sobre una víctima para secuestrarla. También se les ordenó el acondicionamiento y mantenimiento de un cuchitril donde debían retenerla, por lo que construyeron un habitáculo de 3,5 metros cuadrados en una nave industrial abandonada, en Mondragón.


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