José Luis Rodríguez Zapatero miente. Pedro Sánchez no dice la verdad. Patxi López engaña a sabiendas. Arnaldo Otegi disparó y apuntó, pero dice la verdad en este asunto de sus pactos con el PSOE de antes y de ahora.
El singular personaje ZP anda empeñado en convencer al personal de que él consiguió convencer a la banda asesina en dejar las pistolas, los coches bombas y los tiros en la nunca y que, a partir de ahí, convenció a los criminales de que la democracia les llevaría en volandas. Primera mentira: él no convenció a ningún etarra. ETA dejó de matar porque ya no podía hacerlo tras el cerco francés y la Guardia Civil española. Los asesinos aprovecharon la oferta zapateril para hacer de la necesidad virtud.
Segunda: ¿que ETA ha sido derrotada? Veamos. ¿Cuáles fueron los objetivos de los terroristas vascos cuando hace más de medio siglo decidieron asesinar a casi 1.0000 españoles por el simple hecho de considerarse tales, más de 2.000 heridos y proceder a una diáspora de más de 200.000 personas que tuvieron que salir de naja so pena de caer muertos ante los asesinos?
Estas tres cosas, fundamentalmente:
-Proceder a la instauración de un Estado socialista vasco, entonces similar al régimen estalinista albanés.
-La incorporación manu militari del viejo reyno de Navarra a la entelequia aranista denominada Euskadi cuando esta tierra llevaba siglos con entidad propia muy superior a las provincias de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava.
-Destruir a la nación española a la que se incorpora motu proprio el País Vasco a la Corona de Castilla para que los ingleses no se zamparan esas provincias cantábricas.
Es mentira que se haya producido una «pacificación» en el País Vasco y que la gente constitucionalista pueda conducirse en libertad. Mentira. Hay apartheids descriptibles. Y continúa el miedo a represalias sociales.
En aras a esas persecuciones de índole política se convirtieron en una mafia. Como tal operaron mientras pudieron. Hoy, en el año 2023, los tres principios básicos que inspiraron su actividad terrorista siguen en pie para los herederos de ETA o la propia ETA que todavía existe en los que fueron sus jefes. Insisten en la creación de un estado independiente de ultraizquierda combatiendo las libertades liberales. Navarra ha pasado mayoritariamente de ser constitucionalista a ofrecer cobijo a las tesis imperialistas vascas, incluso en la Ribera del Ebro. Propugnan un referéndum de autodeterminación, «cuanto antes, mejor» -en expresión de Arnaldo Otegi, que creen les puede facilitar Sánchez y su Tribunal Constitucional cooptado ad hoc.
Entonces, ¿me pueden decir dónde está la derrota etarra? ¿Que han dejado de matar? Claro, es que ya no tenían margen de maniobra una vez que sus valerosos gudaris eran combatidos por el Estado francés. He visto caer a muchos amigos y colegas bajo sus balas. Aún así, en aras de una pacificación, creo que es mejor que estén en las instituciones. Pero, en modo alguno, a personas a las que se les sigue cayendo la sangre de las manos. Que busquen otros candidatos (as) como hizo el IRA y demás compañeros mártires.
Nunca como hasta la llegada de Sánchez, ni siquiera con el pobre e indigente Zapatero, desde el puente de mando de la Nación Española se procedió con tal indignación y derrota.
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