Juicio a Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, Ata.FERNANDO VILLAREFE |
04.07.2023 - Fuente
A pocos metros del supuesto asesino de su padre, aunque sin contacto visual por la ley de protección de testigos, Borja Giménez Larraz –en 2001 un adolescente de 17 años que presenció cómo ETA mataba de tres disparos a Manuel Giménez Abad, entonces senador y presidente del PP de Aragón– ha tenido que recordar ante un tribunal esos angustiosos momentos. Lo ha hecho con una gran entereza, sin dejarse llevar por la emoción que siempre deja el vacío de un padre, sobre todo si fallece en tan trágicas circunstancias. Con esa serenidad alejada de aspavientos y de cualquier afán de protagonismo, se ha reafirmado en la Audiencia Nacional en las identificaciones que hizo de Mikel Carrera Sarobe, «Ata», juzgado ahora –22 años después, ahí es nada– junto a Miren Itxaso Zaldua por ese asesinato de ETA, uno de los 379 todavía sin resolver.
«Era la persona que disparó contra mi padre», ha ratificado Giménez Larraz –cuyo testimonio escuchaban en la sala su madre y hermano con idéntica discreción y presencia de ánimo–. El hijo del político asesinado, que identificó en dos ocasiones a "Ata", en 2014 y 2018, ha precisado a preguntas de la fiscal Ángela Gómez-Rodulfo que cuando lo reconoció fotográficamente de forma «clara» en 2014 no había visto antes ninguna foto de Carrera Sarobe. «Le puedo asegurar que no llevaba ninguna idea preconcebida en la cabeza», recalcó. Cuatro años después, cuando señaló a «Ata» en una rueda de reconocimiento en París, aunque admite (como ya apuntó entonces) que sí había visto imágenes del terrorista en la prensa, ha dejado claro que lo reconoció «perfectamente». «Tenía unos rasgos muy característicos, que eran su mirada y su mandíbula». «Ese señor era el que había disparado contra mi padre el 6 de mayo de 2001», reiteró.
«Íbamos por el mismo camino que solíamos hacer los domingos para ir al fútbol y una persona se acercó a mi padre y le disparó», ha recordado. «Cayó al suelo y le remató de un disparo en la cabeza y me miró a la cara. Nos vimos perfectamente las caras».
A la segunda sesión del juicio asistieron el líder del PP en Aragón, Jorge Azcón; la adjunta al Defensor del Pueblo Teresa Jiménez-Becerril; y el diputado madrileño Daniel Portero, presidente de Dignidad y Justicia.
Una testigo presencial: "Era él"
En la vista también declararon varios testigos presenciales. Entre ellos, una mujer que identificó a «Ata» fotográficamente y que explicó al tribunal que cuando caminaba por la calle Hernán Cortés de Zaragoza, aledaña al lugar donde se cometió el asesinato, se cruzó con «un chico vestido de oscuro» cuya «mirada profunda» le llamó la atención. Avisó a la Policía y los agentes le mostraron varias fotografías de etarras, pero no reconoció a nadie (en esas fechas las Fuerzas de Seguridad ni siquiera sabían que «Ata» formaba parte de ETA).
Tendrían que pasar 18 años para que lo reconociera. Fue en 2019, ha recordado, cuando realizó un nuevo reconocimiento en comisaría. Los agentes le mostraron «dos o tres folios» de fotografías. «Era él», dijo sin titubear antes de aclarar que fue después cuando vio la foto de Carrera Sarobe en los periódicos.
Uno de los agentes que participó en esa diligencia aseguró que en esas fechas disponían de tres fotografías de «Ata» pero que le mostraron la única en la que no salía con el pelo rapado (realizada en el año 2000). Era la número 4 del listado. La que señaló la testigo. «Esa foto no había salido en prensa», mantuvo el guardia civil, lo que cuestionó la abogada del acusado.
Los dos guardias civiles que consiguieron reabrir la investigación en 2015 han explicado que disponían solo de «un retrato robot y una descripción física de varios testigos» y buscaron a alguien que tuviera responsabilidades en ETA en esas fechas y que no estuviera fichado. Esa pista les llevó al «comando Basajaun» y a uno de sus integrantes. Era Carrera Sarobe.
Los agentes han hecho referencia a una agenda incautada a Javier García Gaztelu, "Txapote", en febrero de 2001, en la que constaban "cinco o seis citas" con "comandos" de la época, entre ellas dos reuniones con "Ata" en enero y marzo de ese mismo año (la segunda no se pudo llevar a cabo porque "Txapote" ya había sido detenido).
"Hay situaciones que son imborrables"
Otro testigo presencial, que viajaba en un coche en compañía de tres amigos, ha explicado que escucharon "unos ruidos escandalosos" y vieron "a un señor alto, delgado, con pelo largo, apuntando con un arma a la gente que estaba en la otra esquina". El terrorista pasó a su lado, pero no le pudo ver la cara. Aparcaron el vehículo y vieron cómo se acercó a una mujer "y le dio algo y se fue corriendo por la calle Princesa hacia arriba".
La describió como una mujer de entre "1,50 y 1,60 de altura, fuerte, de ojos morenos, cara redonda y mofletes rollizos, de cara alegre". Llevaba, ha dicho, un abrigo puesto, lo que le sorprendió "porque hacía calor". Cruzó la mirada con ella. "Debió pensar que iba a ir a perseguirla", ha recordado. Pero el testigo salió corriendo detrás del terrorista y apenas la vio alejándose del lugar.
En 2019, la Policía le llamó y entre las fotografías que le mostraron los agentes reconoció "perfectamente" a Itxaso Zaldua (que en ese momento se encontraba en libertad tras cumplir condena en Francia). "Hay situaciones en la vida que son imborrables y, lamentablemente, esta es una de ellas", ha recalcado.
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