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lunes, 18 de marzo de 2019

ETA intenta asesinar a un escolta en Bilbao

 

A la una y media de la tarde de hoy, martes, 9 de octubre de 2007, una bomba de ETA ha hecho explosión en el vehículo del escolta de un concejal de Galdácano (Vizcaya).
En esta ocasión, ETA ha considerado que su víctima debía ser el simple trabajador de una empresa de seguridad privada, el cual, al parecer, estaba cometiendo el “grave delito” de acompañar y proteger a un concejal vasco del Partido Socialista.

La explosión ha tenido lugar en la calle Zamakola, del barrio La Peña, de Bilbao, cuando el escolta Gabriel Ginés Colás, de 36 años, conducía un Renault Megane de la empresa Seguriber, para la que trabaja. El artefacto fabricado por ETA para asesinar a este escolta estaba compuesto por un material altamente explosivo, probablemente amonal, que los nacionalistas vascos situaron junto al depósito de gasolina del vehículo con el fin de que el efecto de la bomba se multiplicase. El hecho de que la explosión haya sucedido después de que el vehículo recorriera unos cuatrocientos metros, se debe a que el sistema de activación era, bien de péndulo o de cápsula de mercurio, o bien de anzuelo, sedal y pinza, cualquiera de cuyos métodos puede provocar el que la bomba no explosione en el preciso momento de ponerse en marcha.

Gabriel Ginés es un zaragozano, militante del Partido Popular, que hacía su trabajo escoltando y protegiendo al concejal del Partido Socialista de Galdácano, Juan Carlos Domingo Galíndez, y ETA ha aprovechado para atentar contra este escolta en un momento en que, curiosamente, su protegido se encontraba de vacaciones fuera del País Vasco, lo que podría inducir a pensar que ETA trataba de asesinar, no a un concejal, sino a un escolta, o quizá, -por qué no- a un militante del Partido Popular.
De todos modos, sea quien fuere a quien quisiera matar ETA, lo cierto es que es evidente que esta organización de terroristas cobardes es enemiga mortal de cualquiera que no se doblegue a sus deseos, y le es absolutamente indiferente la ideología política que puedan tener sus víctimas. Lo que ETA y sus asesinos persiguen es el dominio a sangre y fuego de un territorio y de todas las personas que habiten en él, para disponer de su particular dictadura nacionalista en la que no haya más autoridad que sus propias armas ni más doctrina que su propia ideología.

Aunque la verdad es que también hay que decir que los miembros de ETA, a pesar de su vocación de fascistas asesinos con hambre de poder sobre el pueblo, últimamente están dejando mucho que desear como terroristas porque no dan ni una y además se les está cazando como a ratones.

Ésta ha sido otra de las muchísimas ocasiones en que estos payasos incompetentes de ETA se han quedado con las ganas de que sus planes llegasen al fin que tenían previsto, y por suerte para todos nosotros nuevamente han fallado y no han logrado matar a Gabriel Ginés.

Según las diversas personas que había en la zona en el momento de la explosión, parece ser que observaron que del coche envuelto en llamas salía un hombre alto y fuerte que de inmediato se tiraba al suelo y rodaba para apagar el fuego que había prendido en sus ropas. Poco después, cuando consiguió apagar las llamas que le abrasaban, se puso en pie, se dirigió a un banco y se sentó. A continuación, acompañado por un Policía Municipal, entraron en un bar para esperar a que llegase la ambulancia que le trasladaría al hospital de Cruces.

Como consecuencia de la explosión, también resultaron heridas otras tres personas que estaban próximas al vehículo y que fueron atendidas por los servicios sanitarios.

Tras el ingreso de Gabriel Ginés en el hospital, le diagnosticaron quemaduras de segundo y de tercer grado en cara y manos, de pronóstico grave, pero de cuyas heridas se recuperará perfectamente.
Se van cumpliendo las amenazas del miembro de ETA-Batasuna, Pernando Barrena
Y ahora nos viene a todos el recuerdo de las amenazas de Pernando Barrena, miembro de ETA-Batasuna que no fue detenido por Garzón en la última redada.

Como se recordará, el pasado día 4 el juez Garzón ordenó la detención de 23 jefes de Batasuna cuando estaban en una reunión en Segura (Guipúzcoa), cuya reunión tenía como fin planear cómo endurecer sus actividades delictivas de apoyo a ETA, así como para cambiar a algunos de sus miembros por otros más partidarios de la violencia. Pues bien, después de las detenciones y los registros realizados por la policía, los batasunos fueron trasladados a Madrid, y tras las correspondientes tomas de declaración, finalmente quedaron ingresados en prisión 17 de los detenidos.

Como consecuencia de esta actuación, de inmediato salió a la palestra el carabobo ése de Pernando Barrena (no me dirán que no tiene cara de bobo…), asegurando que se avecinaban “tiempos oscuros” y que se pondría en marcha “un nuevo ciclo de violencia”, lo cual, evidentemente, ha quedado demostrado con este nuevo atentado. Ahora sólo falta que un juez con ganas de hacer justicia ordene la detención de este individuo, tanto por su pertenencia a una organización terrorista, como por sus veladas amenazas que finalmente sus compañeros de armas han llevado a cabo hoy.

Confiemos en que el Gobierno y las autoridades a sus órdenes sigan cumpliendo con la ley del mismo modo que lo hizo el juez Garzón el pasado día 4.

Independientemente de las ideologías políticas de cada uno, a ETA no hay que darle tregua, a ETA hay que aniquilarla sin piedad.
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