La imagen contra la palabra.
Desde 1960 a 2010 ETA a cometido mas de 700 atentados con 829 victimas según fuentes oficiales y 857 según asociaciones de víctimas del terrorismo. Mas de 200.000 exiliados, casi 80 secuestros, miles de víctimas de todo tipo…. un coste humano y económico incalculable.
ETA no se ha disuelto, no ha lamentado los asesinatos, no a entregado las armas, no se ha rendido, no ha abandonado sus objetivos…. y sin embargo hay quien piensa que los presos de ETA y sus cómplices deberían ir saliendo de las cárceles… porque “de momento” ha decretado un alto el fuego permanente. Pero ETA ha decretado mas de una decena de treguas anteriormente.
¿que ocurre si esas opiniones las pusiéramos con el telón de fondo del terrorismo de ETA???… aguantaría el razonamiento a las imágenes???Hace un tiempo escuché una frase, “… cuando nos pregunten ¿donde estabas tu cuando ocurrió todo?… tendremos que responder… No hicimos nada, nos quedamos sentados esperando que todo pasara”.
Olvidar a las víctimas, olvidar lo que han hecho los terroristas, poner a la misma altura a verdugos y victimas, ceder a las pretensiones u objetivos solo porque “no matan”, no hacer justicia, dejar una sensación de impunidad, y olvidar la historia… es NO HACER NADA….. y al final… lo verdugos conseguirán sus objetivos…
En una película sobre el juicio de Nuremberg, uno de los personajes habla sobre mal… sobre el origen del mal… “El mal está en la falta de empatia”…. la falta de percibir lo que la otra persona puede sentir, meterse en su piel.
Este juicio, el de Nuremberg… empezó justo poniendo imágenes de lo que los Nazis hicieron…. solo imágenes, grabaciones de los soldados cuando llegaron a los campos de concentración.
Hay una falta total de empatia en los Terroristas…. pero lo que es peor… hay mucha falta de empatia en quienes ahora pretenden “olvidar”, pasar página…. dar carpetazo.
Pero lo cierto…. lo único cierto es que las víctimas lo son de por vida, y más de 1/3, más de 300 de un total de casi 900 siguen sin resolverse, sin un autor condenado, y sin una sentencia judicial.
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